Como ya hemos dicho, unas manos cuidadas son un claro ejemplo de una persona que se cuida y aprecia la estética, incluso en esos pequeños detalles que parecen insignificante como pintarse las uñas. Pues, hoy te contamos de un clásico de la manos: La manicura francesa.
El nombre ha sido adjudicado por la estética norteamericana que ha visto en la técnica y en la pulcritud del acabado, un estilo decididamente francés. Lo cierto es que el origen de este estilo se pierde en la noche de los tiempos, cuando hombres y mujeres abrillantaban sus uñas con la piel de un animal, el gamo. Para conseguirlo se frotaban esta piel sobre la superficie de las uñas, de manera que estimulaban la circulación sanguínea dando un tono rosa intenso a la uña, mientras que el borde se mantenía blanco inmaculado.
Más allá de la historia, lo cierto es que hoy en día es uno de los estilos que más se piden en todos los salones del mundo. Y en el día de hoy te contamos como hacerte tu propia manicura francesa a la perfección.
1. Suavizar la uña: Puesto que se trata de un tipo de manicura que resulta muy natural y transparente, conviene preparar la superficie de la uña, alisando su relieve, suavizando su textura y protegiendo la estructura laminar de la uña. Una forma de hacerlo es frotando por la superficie un taco pulidor, que actúa a modo de exfoliante de la uña, a la vez que deja un tacto extremadamente suave. Utiliza el taco de forma suave y no se te ocurra restregar la superficie de la uña. También es el momento de redondear las puntas con una lima para mejorar su aspecto.
2.a. Con el lápiz: Con la uña ya brillante, pinta la punta blanca, característica de esta manicura, utilizando un lápiz de este color y de textura untuosa. Antes de aplicarlo debes humedecerlo en agua. Después, pinta con el lápiz por el interior de la uña. Esta técnica es fácil y rápida, pero presenta una desventaja: su durabilidad es limitada, por que el trazo blanco va desapareciendo progresivamente a medida que te lavas las manos.
2.b Con moldes adhesivos: otra opción para obtener el borde de la uña blanco es pegar en el cuerpo de la misma unos moldes adhesivos especiales, con forma redondeada, que solo dejan libre el borde. Así resulta más fácil y cómodo extender el esmalte de color blanco. Si quieres conseguir un blanco más intenso, aplica una segunda capa. De esta manera, también se asegura una mayor duración del esmalta blanco. Una vez que se ha secado completamente, ya se pueden retirar los moldes.
3. Esmalte transparente: Sea cual sea la técnica que elijas para conseguir la punta blanca, finalmente deberás aportar brillo al resto del cuerpo de la uña, para conseguir el contraste de color entre ambas zonas. Una alternativa al esmalte es transparente es pintar las uñas de color beige o rosado, que todavía destaca más el blanco del borde de la uña. Este tipo de manicura aporta a la mano un look muy limpio y elegante, con uñas que parecen de porcelana. Con este tipo de manicura conseguirás unas manos lindas y bien cuidadas.
Fuente: Konad
